Se trata de refuncionalizar un edificio institucional de composición y lenguaje académico, al que también deben agregarse nuevos usos.

Con la intención de respetar su valor representativo en el entorno urbano, el nuevo edificio se propone un contenedor neutro. Este nuevo objeto se integra al edificio patrimonial y se manifiesta como una especie de “faro”, un hito que aporta carácter de centralidad a la ciudad, condición enfatizada por la transparencia iluminada que le da su materialidad de vidrio, mas evidenciada en su condición nocturna.

La integración de sus partes funcionales se da a partir de la conformación de un vacío articulador que surge de la replicar la planta del  edificio histórico.